“Segura EP: expertos en detectar Porsches, ciegos ante las vacunas del mercado ” (Cuando lo político se ve más claro que la extorsión)
- Franklin Vega
- 1 nov
- 3 Min. de lectura
En el mercado Caraguay, al sur de Guayaquil, los pescadores pagan dos “vacunas”: una en el mar y otra en tierra. Mientras tanto, la Empresa Pública Segura EP —que puede identificar un Porsche de Industrial Molinera en la Isla Trinitaria— asegura no tener denuncias formales sobre las extorsiones que ocurren frente a sus cámaras. La seguridad municipal mira hacia otro lado, mientras los pescadores pagan por sobrevivir.

La Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad de Guayaquil (Segura EP) parece tener una vista selectiva. Puede ubicar un Porsche de Industrial Molinera —empresa de la familia del presidente Daniel Noboa— en la Isla Trinitaria, pero no logra ver las extorsiones diarias que padecen los pescadores en el mercado Caraguay, al sur de la ciudad.
El mercado Caraguay no es cualquier mercado. Es un punto clave de desembarco de productos del mar: cangrejos, pescado y camarón. Allí llegan las lanchas que vienen del Golfo de Guayaquil y, con ellas, los cobros ilegales que todas las autoridades prefieren ignorar. Cada comerciante o pescador debe pagar 20 dólares semanales a cuatro hombres —presuntamente de Los Lagartos— para poder vender sin ser golpeado.
Hace apenas unas semanas, un pescador se negó a pagar alegando que no había salido al mar. La respuesta fue una brutal golpiza que solo se detuvo cuando otro vendedor reunió 80 dólares “para que lo dejen tranquilo”.
La “vacuna” no se limita a tierra firme. En el mar, los Grupos de Delincuencia Organizada también cobran su parte: otros 20 dólares por cada fibra de pesca. La extorsión mueve al menos 50.000 dólares al mes solo en este mercado.
Las cámaras que todo ven… o casi todo
Segura EP cuenta con un sistema de videovigilancia interna y externa, además de seguridad privada en el mercado y en el mismo complejo está ubicado el Cuartel de los Agentes Municipales de Control del Municipio de Guayaquil. Pero, cuando se trata de las extorsiones, la empresa municipal se declara ciega. Un funcionario explicó que “para actuar deben existir denuncias formales”.
La respuesta indigna a los pescadores: “Si ponemos la denuncia, nos matan”, dijo uno de ellos, que prefirió mantener su nombre en reserva. La amenaza no es una exageración: en el último año, varios trabajadores del mar han sido atacados por negarse a pagar.
Silencio oficial y contradicciones
Bitácora Ambiental solicitó una respuesta al equipo de comunicación del alcalde Aquiles Álvarez sobre la inacción de Segura EP, pero hasta el cierre de este artículo no hubo pronunciamiento. La pregunta central sigue sin respuesta: ¿cómo las cámaras municipales pueden identificar un vehículo de alta gama en Trinitaria, pero no a los extorsionadores en Caraguay?

El caso del Porsche no es nuevo. En junio, diario Expreso reveló que un vehículo de Industrial Molinera estaba en la casa de uno de los sospechosos de colocar una bomba en la Bahía. Aunque la empresa ofreció explicaciones, quedaron contradicciones.
Tampoco son nuevas las denuncias de las extorsiones en el mercado Caraguay. En noviembre del 2024 Expreso titulaba "Crisis de seguridad e higiene sacude al mercado Caraguay en Guayaquil" y citó las declaraciones del Director de Segura EP en las que señalaba que desconocía del tema.
Caraguay: de feria a territorio de miedo
Donde hoy se levanta el mercado Caraguay, antes se realizaba la Feria Agropecuaria Caraguay, organizada por la Cadena Radial Guayaquileña (CARAGUAY). Era un espacio festivo con música y comida. Hoy, es un punto donde los pescadores viven con miedo, los extorsionadores cobran sin interrupciones y la seguridad municipal parece ausente.
Hasta los compradores lo saben. Eduardo Chacha, propietario del restaurante Los cangrejos de Nayón en Quito, intentó comprar directamente a los cangrejeros: “Fuimos una vez, pero decidimos que un intermediario local se encargue. Es más seguro”, dijo.
Cuando el próximo plato de mariscos llegue a su mesa, recuerde: detrás del sabor del mar, hay pescadores que pagan dos veces al crimen. Una en el mar y otra gracias silencio del Municipio de Guayaquil.





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