El deterioro por el turismo masivo en las islas es evidente, una de las primeras medidas ha sido el incremento de la tasa de ingreso al Parque Nacional Galápagos. Robert Bensted-Smid conoce las islas desde 1981 hace algunas reflexiones sobre el incremento y cómo se debería implementar. También alerta que ya promocionan a Galápagos como uno de los sitios que hay que visitar antes que desaparezcan.
En Galápagos hay mucha discusión de si la actualización de la tasa de ingreso al Parque Nacional Galápagos se justifica o no. La tasa, que no ha cambiado desde 1998, se duplica a $200 para extranjeros y sube de $6 a $30 para turistas nacionales. Desde la industria internacional la reacción ha sido positiva, por ejemplo este boletín desde el International Galapagos Tour Operators Association. Sin embargo, dentro de las islas surgen dudas sobre la justificación y temores sobre los impactos, por lo tanto decidí investigar los argumentos.
En primer lugar, me preguntaba ¿cuánto ha sido la inflación entre 1998 y 2024? Usé un sitio web que calcula la inflación acumulada, utilizando los datos del IPC (Índice de Precios al Consumidor) Es decir , “si un artículo tenía un precio de $xxx en el Año A, costará $yyy a principios del Año B”. La herramienta no sirve para los años 1998/99, antes de la dolarización, entonces hice el cálculo de 2000 a 2024. Los resultados son:
El equivalente hoy de una tasa de $100 fijada en enero 2000 sería $570
El equivalente hoy de una tasa de $6 fijada en enero 2000 sería $34
Cabe mencionar que la mayor parte de la inflación fue en el periodo 2000-2004, cuando el precio de un ítem que costó $6 en 2000 triplicó a casi $20. Así que desde hace veinte años la gente está acostumbrada a tasas de ingreso muy bajas, lo cual podría ser un factor en las reacciones locales.
Ya se ve mercadeo de Galápagos como destino de “Last Chance Tourism”, es decir sitios que hay que visitar antes que desaparezcan. Robert Bensted-Smith
Un economista podría señalar que más turistas implica más ingresos para las instituciones, además que el IPC no mide exactamente la inflación de los costos de conservación del patrimonio y de provisión de servicios básicos y gestión ambiental. Es cierto. Sin embargo, la mayor parte del crecimiento del turismo ha sido del turismo nacional, que aporta mucho menos que el turismo internacional, además sospecho que el costo de la gestión ambiental por los municipios haya crecido más que el IPC, porque el aumento del turismo y de la población residente desde 1998 ha sido acompañado por la expansión de la “cultura de consumo”.
En cuanto al costo de la conservación, no hay duda. El problema masivo, que amenaza la sobrevivencia de las especies endémicas del archipiélago, es el aumento y expansión de las especies invasoras. Ellas no son turistas! Más bien, se quedan y se multiplican, y cada año hay más plantas, enfermedades, insectos y vertebrados invasoras que controlar. Es un problema acumulativo por lo tanto exige muchísimo más labor de conservación por el Parque Nacional, la Agencia de Bioseguridad de Galápagos y sus socios que en 1998.
Según parece, ya que el propósito de la tasa es, por ley, de financiar la conservación, la gestión ambiental y los servicios básicos, la inflación de estos costos, por si solo, justifica la nueva tasa de $30 para nacionales y $200 para internacionales.
Sin embargo, hay otra perspectiva económica, que es la competitividad. Sin contar con estudios de mercado, se puede decir que la tasa de de $30 es un porcentaje muy pequeño, tal vez entre 3 y 6%, del costo total de una vacación en Galápagos, basado en tierra. Esto pesará poco en la preferencia de un turista nacional entre Galápagos y otro destino en el país (o afuera), aunque tal vez habrá un efecto muy leve en la demanda del segmento más bajo (en términos de gasto) del mercado.
En el caso del turista extranjero, el efecto de la tasa sobre la competitividad depende en parte del índice de inflación en el país de orígen y en el posicionamiento relativo a otros destinos de turismo de la naturaleza. La inflación acumulada en el principal país de origen de los turistas, EEUU, entre 1998 y 2024 fue 96%, lo cual coincide bien con la nueva tasa de $200. Además, está claro que (i) la tasa de ingreso de $200 es un porcentaje muy pequeño del costo total de la vacación, (ii) la tasa de $200 es baja en comparación con lo que cobran otros parques famosos del mundo, y (iii) los estudios demuestran que los turistas que vienen a Galápagos están dispuestos a pagar esto y más, siempre y cuando se conserve bien la vida silvestre y el medioambiente.
Entonces, pienso que las nuevas tasas de ingreso se justifican, desde una perspectiva netamente económica, muy básica. Pero no soy economista, más bien soy una persona preocupada por el futuro de las Islas Galápagos, su biodiversidad y sus habitantes!
Desde mi perspectiva pesan mucho más los otros propósitos de la actualización de la tasa de ingreso, entre ellos:
Mejorar la calidad (y por ende el valor económico, duración, satisfacción etc) de las visitas, con mejores servicios básicos, menos contaminación, mejor seguridad, mejor bioseguridad, manejo especial de los sitios de visita más cercanos, y, sobre todo, la vida silvestre bien conservada.
Mejorar la calidad de vida de los habitantes, quienes también necesitan mejores servicios básicos, gestión ambiental, seguridad y acceso a sitios recreacionales.
Valorar a Galápagos como un destino de importancia y fama, tanto nacional como global (tratarlo como un destino de bajo valor tiene costos para la provincia y para el país).
Fortalecer el control cuarentenario de la carga y la conservación de la naturaleza única, no solamente por su valor económico sino también para cumplir con la responsabilidad hacia nuestros hijos e hijas, hacia el país y hacia el mundo.
Tarde o temprano, el mundo de los mercados y los cálculos económicos tiene que adaptarse a los limitantes de un ecosistema sumamente vulnerable, cuya sobrevivencia depende de nuestra capacidad de mantener su aislamiento ecológico, manejarlo en base a la ciencia, e integrarnos en el sistema con impacto mínimo.
El Comité de Patrimonio Mundial de UNESCO ha señalado repetidamente su preocupación sobre el crecimiento y en realidad el turismo está en una trayectoria más preocupante que en 2007 cuando Galápagos fue declarado “patrimonio en peligro”. ¿Por allí queremos ir? Ya se ve mercadeo de Galápagos como destino de “Last Chance Tourism”, es decir sitios que hay que visitar antes que desaparezcan.
Aunque los argumentos para la actualización sean contundentes, igual hay que preparar bien la transición para maximizar los beneficios de la actualización y evitar o mitigar cualquier consecuencia no deseada. Como bien dice el manifiesto de Capturgal sobre el tema, en vez de pelear para revertir la decisión del Consejo de CGREG u organizar procesos largos de fiscalización, más vale unir esfuerzos. Concretamente, durante los seis meses antes de la implementación, podemos todos colaborar para:
Garantizar que las instituciones reciban el 100% de lo que les corresponde, según la ley, y que usen los fondos con eficacia y transparencia.
Planificar cómo aprovechar la actualización para conservar el patrimonio y mejorar la calidad tanto de la experiencia turística como de la vida de los habitantes; hace falta un enfoque de turismo regenerativo, que beneficia la gente y la naturaleza.
Reconocer que mucha gente está acostumbrada a tasas muy bajas, por lo tanto hay que comunicar y planificar bien el proceso de cambio, para calmar los temores exagerados e implementar la actualización de manera socialmente justa.
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