La Reserva Marina de las Galápagos (RMG) cuenta con 40 millas náuticas y según Bucaram et al (2018) esta ha sido clave en la conservación de especies comerciales de pesca como el atún. Sin embargo, nuevas tecnologías de la industria pesquera como el uso de posicionamiento satelital para ubicar cardúmenes podrían mermar su impacto positivo. En este contexto se debate la ampliación de la reserva marina o la creación de una nueva área más grande. Parte del sector pesquero industrial y varios pescadores artesanales están en contra de esta ampliación, por presumir que bajaran los rendimientos de pesca. En tanto la comunidad científica y de organizaciones ambientalistas, abanderados por el actor Leonardo Dicaprio, resaltan la urgencia de aumentar el espacio de conservación.
Pescadores artesanales en Puerto Ayora en la temporada de langostas
Este dilema entre pescar más o menos es lo que se conoce en economía como la “tragedia de los comunes” de Hardin; según este economista, la naturaleza humana es implacable al momento de utilizar hasta el último pez y luego quedarse sin recursos. La Premio Nobel Elinor Ostrom también describió como el uso colectivo de recursos naturales -como el caso de la pesca en Galápagos- tiende a la sobreexplotación y al largo plazo en la destrucción de los ecosistemas sin que nadie más pueda disfrutar de estos “quedarse sin pan ni pedazo”. Sin embargo, Ostrom también trabajó para demostrar que la solución a esta tragedia puede solventarse con reglas claras y acuerdos transparentes de confianza entre las partes. En el caso de Galápagos los antecedentes pasados sobre el respeto de las flotas pesqueras nacionales a la reglas de conservación no son alentadoras. A pesar de no tener un conceso, la ampliación de la reserva se encuentra en la agenda del Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE) y del Consejo del Régimen Especial de las Galápagos (CGREG).
En entrevista con este medio, el Ministro Marcelo Mata adelantó que la ampliación de la reserva por cuestiones técnico jurídicas deberá tratarse con la creación de una nueva reserva. En el caso del CGREG el Plan Galápagos 2030 señala que la sobreexplotación de especies marinas migratorias es una preocupación en la planificación local de las islas; por lo que forma parte de sus objetivos estratégicos y políticas un proyecto para apoyar la ampliación de la reserva con una zona de pesca sustentable dentro de ella. Sin embargo, este documento, también reconoce que los esfuerzos que se realicen en pro de la naturaleza deberán incluir a las familias pescadoras como parte del ecosistema de conservación marina. Estas familias necesitan mecanismos para que sus medios de vida también se vean beneficiados por la conservación.
En este panorama que ampliará el espacio de conservación marina en Galápagos, surgen inquietudes sobre las capacidades presupuestarias con las que deberá contar el Parque Nacional Galápagos para afrontar una mayor área protegida marina. Los fondos públicos en el horizonte son improbables debido a la situación económica del país y el mismo MAAE sufrió un recorte de personal sin precedentes en septiembre de 2020. Por esto, varias organizaciones como el colectivo Más Galápagos plantean la creación de un Fondo Sustentable para Galápagos (FSG), el cual se nutriría de un Fideicomiso privado que se consolidaría a través de un canje de deuda. El mecanismo del fondo fue propuesto al presidente Lenin Moreno por Maximiliano Bello de la organización Mission Blue.
Desde la propuesta de canje de deuda, varias opiniones a favor y en contra transitan por los medios, sin que aún quede claro su mecanismo. Este medio logró una entrevista técnica con Robert Weary negociador de esta iniciativa. Weary es conocido en el mundo del financiamiento verde, por haber realizado otras 11 transacciones similares a lo largo de veintiún años de trabajo. Durante una hora Weary desentrañó la naturaleza del acuerdo y la forma que este trabajaría a favor del financiamiento del manejo de la reserva.
Fuente: Captura de pantalla reunión con Robert Weary vía Zoom
Primero es importante recalcar que los canjes de deuda por conservación no son nuevos para el Ecuador. Por ejemplo, en el pasado la extinguida ONG Fundación Natura en donde trabajó el ex alcalde de Quito Roque Sevilla -actual dueño del Hotel Finch Bay Galápagos- participó ya de estos modelos financieros, conocida como la "Iniciativa Sevilla" . El canje que se plantea para Galápagos consiste en una transacción financiera o “swap” como se conoce en inglés para 1000 millones de “bonos 2030 y 2045” de deuda soberana emitidos por el Ecuador que serían transformados en “bonos azules” a través de una restructuración de deuda.
A continuación se detalla en siete pasos este proceso:
Paso 1: Este mecanismo funciona cuando existe una desvalorización de los bonos de deuda de un país como es el caso de Ecuador. Por esta pérdida de valor, es probable que los tenedores de esos bonos quieran venderlos para recuperar al menos parte de su inversión debido a que se conoce que la situación del Ecuador no mejorará al corto plazo. Entonces aprovechando esta caída, el mecanismo de canje para Galápagos plantea que un tercero -el mismo país no puede comprar bonos de deuda propia- adquiera 1000 millones de bonos por el valor actual del mercado, que es alrededor de 0.6 USD por cada bono.
Paso 2: Una entidad intermediaria, en este caso la Oceans Finance Company (OFC) presenta a bancos inversionistas la oportunidad de comprar a menor precio 1000 millones de bonos. Estos bonos inicialmente se vendieron por un dólar, en la actualidad bordean los 60 centavos de dólar. En números globales en lugar de pagar 1000 millones, pagarían 600 millones de dólares.
Según el colectivo Más Galápagos, la OFC cuenta con el interés de bancos inversionistas para financiar los 600 millones necesarios para la compra.
Paso 3: Además, para evitar el riesgo que estos bonos sigan perdiendo valor la OFC ofrece pagar un seguro de riesgo político a la US International Development Finance Corporation entidad del gobierno estadounidense; con el objetivo que estos 1000 millones de bonos estén respaldados ante cualquier caída de la bolsa y sean atractivos en el mercado para los bancos inversionistas y a su vez, a posibles recompradores.
Paso 4: Por otro lado, la OFC propone restructurar la deuda de Ecuador, siempre y cuando las ventajas de este canje se utilicen para la conservación de la Nueva Reserva Marina de Galápagos. De entrada, este acuerdo tiene una tasa de descuento del 12% es decir 120 millones de dólares. Así, restamos 1000 millones menos 120 millones lo que coloca la deuda en 880 millones.
Paso 5: Estos 880 millones de deuda se deberán colocar en dos pagarés. El primero el de conservación por 280 millones que serán liquidados a 20 años a un interés anual del 4%, sobre esta nota a pagar, la OFC proporcionará la liquidez para la creación del fideicomiso. El segundo, será una nota de deuda por los restantes 600 millones amortizables en 11 años con un interés del 5% anual. Los primeros 5 años se pagará solo intereses y los siguientes 6 años capital e interés sobre el capital remanente[4]. Si la restructuración se realiza se generan los llamados “Bonos Azules”.
Fuente: Robert Weary
Paso 6: Con la restructuración, la OFC colocará los 280 millones de dólares en un fideicomiso que se espera genere un rendimiento anual de 20.6 millones (7%) que será el dinero disponible para la conservación de la Nueva Reserva Marina. De estos 13.2 millones se direccionarían para pagar las actividades de conservación del Parque Nacional Galápagos y proyectos para las familias pescadoras. Los restantes 7.4 millones se utilizarían para capitalizar el fondo.
Fuente: Robert Weary
Paso 7: El Fondo Sustentable para Galápagos (FSG) será un organismo sin fines de lucro que se creará en Estados Unidos y mantendrá oficinas en el Ecuador para la ejecución de las actividades. Esto como otras tantas organizaciones ambientalistas que laboran en Ecuador. Este fondo será regido por un Consejo Directivo que podría estar conformado por el Ministerio del Ambiente y Agua, el Ministerio de Defensa, la Cancillería, el CGREG y desde lo privado ONG locales, representantes del sector turístico, así como el sector de la pesca artesanal isleña y continental. También deberá contemplar al representante de la OFC dentro de este grupo. En total se esperan ocho miembros.
Bajo este esquema de siete pasos; al año 20, el Ecuador habrá amortizado su deuda inicial de 880 millones y la Nueva Reserva Marina de Galápagos contaría en total con un fondo de 316 millones, lo que permitiría mantener el flujo de dinero necesario para su manejo. Si los cálculos son estables, la propuesta de canje al final de este tiempo le habrá ahorrado al Ecuador un total de 222 millones más los beneficios de conservación antes mencionados.
Todo esto parece muy bueno para ser cierto, pero según Weary, otros once casos similares de canje de deuda para conservación marina son realidad en otros países costeros. Siendo tal vez el más conocido el de las islas Seychelles debido a la participación de la fundación del actor ambientalista Leonardo Dicaprio. Este actor -que recientemente estuvo en las Galápagos con el presidente Lenín Moreno- retwitteo uno de los estudios de la revista Nature que asegura que es indispensable proteger al menos el 30% del océano del mundo si queremos tener poblaciones saludables para la pesca.
Captura de pantalla de la página de la Fundación Leonardo Dicaprio
Varios detractores de la ampliación de la reserva marina como el señor Bruno Leone señalan que acceder a este canje de deuda sería perder la soberanía ante la consolidación del fondo en Estados Unidos. El ministro del ambiente, Marcelo Mata, calificó a este mecanismo de canje de deuda como “una idea”, aunque es consciente que los fondos públicos son escasos.
La creación de la Nueva Reserva Marina debería ser celebrada por todos los actores. El hecho es claro: sin reserva la pesca será más “fácil”, pero no se sostendrá en el tiempo. Sin embargo, es importante reconocer que sea cual fuere el medio de financiar a la nueva reserva, el Estado a través del Ministerio de Finanzas y otras carteras tiene una labor que cumplir para certificar este tipo de canjes y a las instituciones participantes. Así como lo hace con otros acuerdos de cooperación que suceden en el Ecuador a diario. Estos mecanismos de financiamiento pueden ser oportunos dependiendo las condiciones y la negociación que el país mantenga.
Piquero en la isla Isabela
[1] A pesar de que se emitieron los bonos 2030 y 2045 con una tasa nominal del 9% anual en septiembre de 2019 estos se reestructuraron en julio de 2020 a un 5.5%
[3] La Oceans Finance Company es una entidad conformada a inicios de 2020 que cuenta con el respaldo del Banco de Desarrollo de Holanda y otros.
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