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  • Foto del escritorFranklin Vega

De alta mar se obtiene el 85 por ciento del atún que se pesca y procesa en Ecuador

La mayor parte de las capturas mundiales de atún proviene de aguas internacionales, informa la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un área del océano que no tiene regulaciones para evitar la sobrepesca y sus potenciales impactos negativos en el suministro de alimentos para los seres humanos y el equilibrio de los ecosistemas marinos.


Descarga de atunes en el puerto de Manta. Foto: Autoridad Portuaria de Manta


Ecuador, según la Cámara Nacional de Pesca (CNP) y la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), tiene la flota atunera más grande del océano Pacífico y la segunda industria atunera en tamaño a nivel mundial después de Tailandia.


Bitácora Ambiental realizó un análisis de los datos disponibles sobre las importaciones y exportaciones de atún del Banco Central del Ecuador (BCE), el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (SENAE), el Instituto Público de Acuacultura y Pesca del Ecuador (IPIAP), la CIAT y la CNP.


El principal hallazgo es que el 61% del atún que la industria ecuatoriana procesa, tanto de lo que pesca como lo que importa, proviene de aguas internacionales cuyo origen está poco documentado; sólo hay registros de 111.000 toneladas de las 308.000 importaciones declaradas por la CNP.


Dicho de otro modo, los datos de importación representan sólo un tercio de las capturas declaradas por las empresas pesqueras. Una muestra de la falta de datos: no hay registros de 200.000 toneladas de atún por valor de 340 millones de dólares y se desconoce dónde se capturaron.


Los barcos atuneros ecuatorianos pescaron un total de 288.612 toneladas de atún en 2021, según el IPIAP el 85% fue pescado en mar abierto. Con los pocos datos disponibles, se establece que la mayor parte del atún (tanto importado como lo que captura la flota atunera ecuatoriana) proviene de alta mar, pescado fuera de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE).


No hay cifras exactas sobre el volumen de atún, ni sobre la pesca incidental de tiburones, mantarrayas, tortugas y delfines. Los datos oficiales son erráticos o no están disponibles y solo la industria atunera maneja números concretos y ¿completos?. Esto es lo que se sabe:

Barco atunero Carmela en la rada del puerto de Manta. Foto: Franklin Vega


No solo China, la mitad del atún que procesa Ecuador tiene su origen en aguas internacionales

La FAO indica que la flota pesquera ecuatoriana captura aproximadamente entre el 4% y el 5,8% del total mundial de atún. Sin embargo, si a esta cifra se le suman las importaciones de atún congelado para procesamiento, la evaluación de la FAO pudiera estar subestimada. No hay información detallada sobre las importaciones de atún, pero en 2016 el país fue el tercer exportador mundial de conservas de atún (lomitos), con una participación en el mercado del 9,7 %, después de Tailandia y China, según datos del Ministerio de la Producción de Ecuador.


Tres especies de atú se pescan directamente en aguas ecuatorianas o en alta mar: barrilete (Katsuwonus pelamis), aleta amarilla (Thunnus albacares) y patudo (Thunnus obesus), según informes de la Cámara Nacional de Pesca (CNP) y la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT).


“El país está catalogado como líder atunero mundial por su amplia flota (107 embarcaciones) y capacidad de procesamiento”, declaró Bruno Leone, presidente del CNP, a Bitácora Ambiental en agosto pasado. Leone afirma que la industria atunera ecuatoriana pesca un promedio de 250.000 toneladas de atún al año e importa una cantidad similar. El atún se procesa (en latas y sachets) y se exporta principalmente a Europa, Estados Unidos y varios países de América del Sur, especialmente Colombia.


Leone citó que de la producción total de atún, el 80% se destina a la exportación y el 20% es para consumo local en Ecuador. Según datos del CNP, en 2021, las embarcaciones ecuatorianas pescaron 272.678 toneladas de atún; y además se importaron 308.760 toneladas. Sin embargo, no existe información exacta sobre si lo que se consume en el mercado interno es importado de otros países o proviene de alta mar ya que, hasta la fecha, no se implementa un sistema de trazabilidad a pesar de que la Ley de Pesca del Ecuador así lo establece.



Gráfico del tamaño de la flota atunera ecuatoriana en relación con otras flotas nacionales en el Pacífico Occidental https://public.flourish.studio/visualisation/10794171/

Buque pesquero industrial “Almirante” en Manta, Ecuador. Foto: Franklin Vega


Es imposible saber el origen detallado de todo el atún importado porque no existen registros públicos rigurosos en Ecuador. Solo se pudo identificar el origen de las importaciones que se encuentran registradas ante el Banco Central (BCE) y el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (SENAE). Según el análisis amplio realizado a los datos del BCE del 2021, Bitácora Ambiental determinó que alrededor del 65% del atún importado proviene de aguas internacionales y el 20% restante proviene de las Islas Salomón, Australia, España y otros 30 países. Las importaciones registradas por estas instituciones corresponden a 108.979 toneladas. Esto es un tercio de las importaciones totales declaradas por Bruno Leone, presidente de CNP (listado como 308.760), lo que revela incoherencia entre los datos públicos y los datos de CNP. Además, las toneladas restantes no están registradas y se desconoce su origen. En este artículo publicado en Bitácora Ambiental se muestran las inconsistencias de los datos oficiales.

Al analizar los datos del SENAE, se encuentra que en 2021 se importaron 108.979,30 toneladas de atún por un valor de 195.771.131,62 dólares. El siguiente gráfico muestra las importaciones totales. El resto se distribuye en pequeñas cantidades y desde lugares tan distantes como Nauru, un diminuto país insular en Micronesia al noreste de Australia, de tan solo 21 kilómetros cuadrados, o las Islas Seychelles.

https://public.flourish.studio/visualisation/11623435/


Pero para apreciar la diferencia entre lo que proviene de aguas internacionales y de otros países, es mejor considerar los porcentajes como se muestra en la siguiente figura.

https://public.flourish.studio/visualisation/11674512/


Los datos de 2021 del Instituto Público de Acuacultura y Pesca del Ecuador (IPIAP), coinciden con los datos de la Aduana SENAE, en cuanto al origen del pescado capturado por las embarcaciones atuneras ecuatorianas (no confundir con importaciones). Las cifras del IPIAP muestran que el 85% del atún capturado por la flota atunera ecuatoriana proviene de mar abierto o aguas internacionales. El 15% restante proviene de la ZEE legal (ver la figura a continuación).


En resumen: la flota atunera ecuatoriana pescó con embarcaciones propias 245.722 toneladas de atún en aguas internacionales. Además, la industria atunera importó 308.760 toneladas, pero solo hay un registro en el SENAE de 111.000 toneladas; de los cuales 69.000 proceden de aguas internacionales o mar abierto.


En definitiva, no hay registros de 200.000 toneladas de atún por valor de 340 millones de dólares y se desconoce dónde fueron capturados.


Leone ratifica estas cifras con una breve frase: “Pescamos hasta el meridiano 150 grados de longitud, que es el límite permitido de la CIAT”. El siguiente mapa muestra el área controlada por la CIAT, que corresponde al área en gris y cubre aproximadamente un tercio del Océano Pacífico. Como referencia, el meridiano 150 cruza la isla Caroline (Kiribati) y la isla Moorea (Polinesia Francesa). La flota atunera ecuatoriana puede operar en todas estas áreas y la CIAT controla los barcos atuneros. En el caso de la CIAT, no hay cuota para el atún de aleta amarilla, pero sí para el atún de aleta azul. Otras pesquerías como las dedicadas al calamar, no están reguladas en toda esta franja marina, pero sí en la parte del sur.


Aguas internacionales: “Mares de nadie”

El libro "Lawless Oceans" (Océanos sin Ley) de Ian Urbina detalla los crímenes que se cometen en aguas internacionales. Esta publicación evidencia múltiples casos de abusos que ocurren fuera de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de los países, también conocidas como mar abierto o alta mar, que comienzan en la milla náutica 201, justo después de los límites de las ZEE.


Las ZEE son las áreas marinas que se extienden desde las costas de cada país y, en el caso de islas o archipiélagos, el mar que las rodea. En Ecuador existen dos ZEE: una continental y otra alrededor de Galápagos. Todo lo que se encuentra más allá de las ZEE es mar abierto o alta mar.


En mar abierto no existe una regulación internacional obligatoria para la pesca, por lo que dentro de las embarcaciones sólo se aplican las reglas de los capitanes y las leyes del país donde están registrados. Después de pescar en mar abierto, el capitán simplemente registra lo pescado sus viajes como en “aguas internacionales”. La alta mar es “mar de nadie”, por lo que no hay obligación de respetar las reglas, simplemente porque no las hay para los humanos o la vida marina.


Hay algunas regulaciones para especies específicas como el atún. Las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) regulan las pesquerías de túnidos en el Pacífico con la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que establecen cuotas y temporadas de veda para determinadas especies de túnidos en el Atlántico.


El siguiente mapa muestra el área que controla al CIAT:

Fuente: CIAT en https://www.iattc.org/es-ES/About/Convention


Las OROP mantienen regulaciones para cada especie, como la CIAT con el atún, pero no protegen todo el ecosistema ni indican cómo prevenir la sobrepesca de forma holística. Un intento de garantizar la protección del mar es la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (SPRFMO). Ecuador ha sido parte de la convención SPRFMO desde mayo de 2015, junto con otros 15 países, incluidos China y Estados Unidos. El objetivo de la SPRFMO es “la conservación y gestión de los recursos pesqueros transzonales en alta mar del Océano Pacífico Sur”.


Al revisar los documentos de la SPRFMO, no se encuentra información disponible sobre las especies de túnidos, ya que desde enero de 2022 tienen un acuerdo con la CIAT sobre el intercambio de información. En otras palabras, el atún está bajo el análisis de una comisión internacional como la CIAT y SPRFMO tiene información sobre calamares (Dosidicus gigas), jureles (Trachurus spp.), caballas (Scomber spp.) y reloj anaranjado o rugoso anaranjado (Hoplostethus atlanticus).


El siguiente mapa muestra el área manejada por la SPRFMO:

Mapa de la OROP-PS publicado en Twitter por la Cancillería del Ecuador en enero del 2021. Imagen: Cancillería del Ecuador


El transbordo facilita la sobrepesca y la pesca ilegal

Urbina narra una actividad conocida como transbordo, que consiste en el traslado de carga o pescado mientras las embarcaciones aún se encuentran en aguas internacionales. La legislación de muchos países prohíbe este tipo de transbordos, pero la legislación China no, como afirma Urbina.


“El transbordo plantea un problema importante porque gran parte se lleva a cabo fuera de la vista y del alcance de las autoridades... El impacto financiero del transbordo ilícito es significativo. Solo en el Océano Pacífico occidental y central, los expertos estiman que cada año se transportan atunes y productos afines por valor de 142 millones de dólares EE.UU. en transbordos marítimos ilegales. Para colmo, la falta de transparencia puede propiciar condiciones propicias para otras actividades delictivas, como el tráfico de armas, drogas y personas” dice el informe "Transbordo: se necesita una reforma para garantizar una transferencia de captura legal y verificable" suscrito por la organización PEW Charitable Trusts.

Transshipment in the high seas. This photo shows the transfer of fish from fishing vessel to a cargo (reefer). Photo: PEW Transbordo en alta mar. Esta foto muestra la transferencia de pescado de un barco pesquero a un carguero refrigerado. Foto: PEW


Con esta maniobra, los barcos pesqueros chinos (entre otros) nunca tienen que salir de aguas internacionales; en cambio, envían pescado en buques de carga refrigerados mientras reciben suministros como alimentos y combustible, y en ocasiones pasan años sin llegar a tierra. En este enlace, Global Fishing Watch muestra el impacto del transbordo.


Esta práctica impulsa la sobrepesca ya que las embarcaciones realizan una captura casi infinita, sin parar; ya que cada vez que se llena la capacidad de almacenamiento, la embarcación no tiene que regresar a puerto. En cambio, la captura simplemente se transfiere a una flota logística secundaria como lo realiza la flora China.


Según el informe de la FAO "Tendencias globales en el estado de las poblaciones marinas del mundo, 1974-2019", el 30% de las poblaciones marinas del mundo están sobreexplotadas.


El siguiente gráfico muestra cómo se realiza el transbordo, tanto en mar abierto como en algunos puertos.

Crédito: PEW Charitable Trusts 2018


Durante este tiempo, la tripulación no puede regresar a sus países de origen, lo que se considera un tipo de esclavitud en el siglo XXI. Además, la información sobre los volúmenes y la captura incidental de vida marina permanece oculta. Estas violaciones a los derechos humanos se detallan mejor en una entrevista anterior de Bitácora Ambiental.


En el caso de Ecuador, el transbordo está prohibido por las leyes ecuatorianas, pero la principal evidencia de que sucede de todos modos está relacionada con la flota china y el barco Fung Yuang Yu Leng que fue capturado en Galápagos en 2017 con el fruto de la pesca ilegal de tres barcos pesqueros (tiburones de especies protegidas). Cada año, entre 300 y 500 barcos pesqueros chinos están estacionados en aguas abiertas, justo en la frontera de la ZEE ecuatoriana en Galápagos. Es probable que prefieran esta área debido a la abundancia de vida marina.


Max Bello, biólogo y experto en políticas marinas de Mission Blue, una organización ambiental no gubernamental cuya misión "es inspirar acciones para explorar y proteger el océano", puntualiza que “el 60% de los océanos del mundo corresponden a alta mar, que no tiene cualquier regulación internacional obligatoria para proteger áreas ecológicas sensibles, las cuales son lugares importantes de alimentación para especies marinas tanto silvestres como las comerciales. En este sentido, ante la falta de regulación, la mayoría de las flotas pesqueras faenan estas áreas de mar abierto”.


Es relativamente fácil para un buque industrial llegar a alta mar. En Ecuador, la flota atunera y los palangreros pescan en aguas abiertas. La diferencia con la flota china es que la flota ecuatoriana no tiene una flota logística secundaria ya que el transbordo está prohibido. Todas las embarcaciones y botes ecuatorianos regresan a puerto para descargar su pesca. Según la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), la flota pesquera ecuatoriana está compuesta por 107 buques cerqueros, 22 grandes palangreros y unos 320 palangreros nodrizas.


Para Milko Schvartzman, activista contra la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR), las aguas del Océano Pacífico en Sudamérica son un ejemplo de cómo el mar abierto carece de protección fuera de las ZEE de los países, como señaló en una entrevista pasada con Bitácora Ambiental. En esta zona existe una pesca masiva de calamar gigante (Dosidicus gigas) por parte de la flota internacional, en su mayoría barcos provenientes de China.


En agosto de 2022, esta flota se encontraba a 35 millas del límite de la ZEE de Galápagos. Así lo anunció Schvartzman, quien cree que “aunque la pesca se dirige a los calamares y capturan pocas especies incidentales, son altamente destructivos. Los calamares forman parte de la cadena alimentaria de otras especies como los cachalotes y los delfines. El impacto en el ecosistema es notorio. Es una pesquería no declarada y no reglamentada".


En el caso del mar que rodea a las islas Galápagos, Cristina Cely, activista de la pesca INDNR, junto a un grupo de ONG ambientalistas, presentó en 2021 una solicitud formal a la Cancillería ecuatoriana para actuar contra la presencia de la flota pesquera internacional cerca de Galápagos. Esta solicitud recuerda que el buque Fung Yuang Yu Leng fue capturado con 300 toneladas de tiburón. Hasta el día de hoy, no ha habido respuesta por parte de las autoridades ecuatorianas. La flota pesquera china se mantuvo a 200 millas de la ZEE insular en 2021 y a solo 30 millas en 2022 según informes de la Armada de Ecuador.

En el mapa, los círculos con líneas naranjas representan las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) en el Pacífico Occidental. En la línea blanca la ZEE de Galápagos. Todo lo que está fuera de las ZEE se considera alta mar. Fuente: Global Fishing Watch.


“Entre 2017 y 2021, debido a la presencia de la flota internacional en alta mar junto a la ZEE de Galápagos, se solicitó a las autoridades ecuatorianas que inspeccionen barcos internacionales, pero la respuesta de los oficiales de la Armada fue que fuera de la ZEE tenían sin jurisdicción”, recuerda Cely.


Ese argumento se desvaneció el 15 de septiembre de 2022 cuando, por primera vez, una lancha de la Guardia Costera de Estados Unidos abordó tres barcos pesqueros con bandera china. Esta fue la primera acción de control a la pesca INDNR amparada por la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (SPRFMO). Este acuerdo es de obligado cumplimiento para los 16 países que lo componen.


Cuando se reconoce un acuerdo internacional como la SPRFMO, pasa a formar parte de la legislación de cada país y su cumplimiento es obligatorio con el mismo rigor que una ley. Por ello, esa primera intervención de la Guardia Costera de Estados Unidos ofrece una esperanza para controlar la pesca en alta mar. Además, en febrero de 2018, las medidas internacionales de la SPRFMO se convirtieron en Ley Europea.

La tripulación de la Guardia Costera de EE. UU. aborda uno de los tres barcos de bandera china al sur de las Islas Galápagos el 15 de septiembre de 2022. Foto: Guardia Costera de EE. UU.


Sin datos de captura internacional, sin trazabilidad para la flota ecuatoriana

En Ecuador, el registro de las importaciones desde aguas internacionales es un problema para la industria pesquera, pues debilita la trazabilidad de sus capturas ya que no se registra su ubicación exacta. Leone reconoce que registro de los datos administrativos “importados de aguas internacionales” debe cambiar. “Esa es una de las propuestas para mejorar la gestión pesquera en Ecuador. Hemos pedido que ya no se registren importaciones como provenientes de aguas internacionales; quien importa pescado debe demostrar que ha cumplido con todos los requisitos legales de sus OROP (Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera) y esperamos que esto cambie pronto en la forma en que se registra la pesca”.


Las OROP son organismos pesqueros intergubernamentales o acuerdos con autoridad para establecer medidas de conservación y ordenación para la pesca en alta mar. Tienen la facultad de fijar límites de captura y el esfuerzo pesquero, medidas técnicas y obligaciones de control. “Pero en la práctica, las OROP están controladas por las industrias pesqueras; toda la región se vende a la industria”, dice Randall Arauz, científico y conservacionista marino en Costa Rica.


Luis Villanueva, economista de México y especialista en temas pesqueros, explica: “Si bien existen ciertas instituciones y regulaciones sobre la pesca del atún por parte de las organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROP), no son obligatorias para los países miembros en todos los casos. Por ello, en aguas abiertas el alcance de dicha normativa puede ser escaso o nulo. Incluso cuando se establecen cuotas de pesca para algunas especies, como es el caso del atún rojo en el marco de la CIAT, por ejemplo, países como México han superado su cuota de pesca sin que realmente haya tenido consecuencias. Esta misma organización no ha impuesto límites a la captura de atún aleta amarilla”


Aún así, a pesar de estas preocupaciones, Leone confía en que con cambios como la mejora de las actividades de control, se levantará la Tarjeta Amarilla que la Unión Europea impuso a Ecuador en 2019 por no controlar adecuadamente la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).

Otro problema es que en Ecuador la información detallada sobre la pesca no está disponible gratuitamente, ni siquiera para la industria atunera que está bajo mayor escrutinio. Solo se encuentran registros parciales de pesca e importación de atún en Aduanas, el Banco Central y el Ministerio de la Producción. Los datos entre estas instituciones no son consistentes; esto podría deberse a la falta de intercambio de datos o de una actualización adecuada. Cuando Bitácora Ambiental le preguntó al ministro de la Producción, Julio José Prado, sobre este evidente problema de información, especialmente en lo que respecta a la conservación de especies, no respondió.


Tampoco hay datos públicos oficiales y completos sobre captura incidental, que son las especies que se capturan junto con el atún como tiburones, mantarrayas, tortugas marinas y otras especies de peces comerciales como el dorado (Coryphaena hippurus), wahoo (Acanthocybium solandri) y pez vela o marlines (Istiophorus platypterus).


Las OROP están orientadas a la gestión de pesca dirigida como el atún. Estas especies de captura incidental se registran marginalmente y no se gestionan, solo se contabilizan parcialmente. Las OROP no están encargadas de la protección de especies vitales como tiburones o ballenas. Sólo regulan las capturas de especies comerciales como el atún en el caso de la CIAT o el calamar para la SPMRFO. Sin embargo, el impacto de la pesca de atún en tiburones juveniles ha sido documentado en informes de la CIAT. Si bien es cierto que son los palangreros los que capturan más tiburones, el uso de Dispositivos Agregadores de Pesca (plantados o FAD en inglés) también impacta en las poblaciones de tiburones. Ampliaremos esto en una siguiente entrega.


Por su parte, Randall Arauz, científico y conservacionista marino en Costa Rica, enumeró las crecientes amenazas para los tiburones, una especie en peligro de extinción. “Sabemos que las poblaciones de tiburones en el mundo se han reducido en un 72 por ciento. Hay especies de tiburones en peligro extremo de extinción y su pesca indiscriminada afecta el equilibrio de los ecosistemas, ya que juegan un papel vital en el mantenimiento de poblaciones saludables a lo largo de las cadenas alimentarias de los océanos”. En otras palabras, los tiburones contribuyen a la preservación de las poblaciones de peces, incluido el atún, lo cual es esencial para mantener la rentabilidad de la industria pesquera.


Hay algunos indicios de sobrepesca de atún. Pew Charitable Trusts ha expuesto datos de sobrepesca de atún patudo, especialmente debido al uso de plantados.


Los plantados (FAD) consisten en una estructura de madera de la que cuelgan las redes de pesca y un contenedor con carnada que se amarra a una boya de radio satelital. Esta boya envía información a la embarcación sobre la cantidad y tamaño de los peces congregados; cuando el cardumen es lo suficientemente grande, el barco va al lugar y lanza su red (ver este enlace para ver cómo funcionan los plantados).


Bitácora Ambiental ha solicitado varias veces al Ministerio de la Producción, encargado de regular la pesca en Ecuador, el detalle y cuantificación de la pesca incidental de tiburones y otras especies, pero no ha respondido.


Se conoce por las declaraciones de Leone que la captura incidental en la industria atunera alcanza el 1,8%, por lo que al considerar los datos de 2021, este porcentaje equivale a 4.909 toneladas de pescados distinto del atún. De este valor, ¿cuánto corresponde a los tiburones y otras especies? La respuesta de Leone es: “casi nada porque la mayor parte de ese 1,8% es mahi-mahi, wahoo…”


Ante el silencio de las autoridades sobre las cifras de captura incidental, solo contamos con la palabra del presidente de la Cámara Nacional de Pesca y los documentos encontrados en bases de datos oficiales como el IPIAP, el Banco Central o el SENAE que presentan un panorama poco completo. Ante esta situación, surge la pregunta de si en Ecuador existe una “captura regulatoria”, que se refiere a un mecanismo por el cual un sector que debería ser regulado termina controlando a la propia autoridad.

Leone replica que no. "No se puede decir que en el Ecuador exista una captura regulatoria en temas de pesca. Ese comentario es bastante injusto. Porque si bien es cierto que tenemos una muy buena dinámica público-privada, de ninguna manera el Viceministro de Pesca es un 'yes-men’. Tenemos resultados positivos, por ejemplo el Comité de Crisis se constituyó después de octubre de 2019 cuando nos impusieron la tarjeta amarilla y eso nos ha permitido salir adelante, sino no hubiéramos podido avanzar en temas regulatorios. Me parece injusto el comentario, pero hay quien piensa como quiere”.


Los especialistas consultados coinciden en que una verdadera solución pasa por un arreglo rápido. Para Villanueva, la solución para conservar especies comerciales altamente migratorias es “proteger el 30% del área marítima de cada país, y también en alta mar. La ONU avanza hacia un tratado de alta mar, que permitiría la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMP) fuera de los límites jurisdiccionales de cada país. Otra opción, mientras no sea posible establecer AMP en alta mar, es la creación de zonas de veda pesquera bajo acuerdo de las OROP, con el fin de proteger hábitats clave para especies altamente migratorias”.


Gladys Martínez, directora ejecutiva de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA), explicó a Bitácora Ambiental que debido al evidente impacto de la sobrepesca en mar abierto, Naciones Unidas busca crear un reglamento o tratado internacional para establecer procedimientos para la evaluación de los Estudios de Impacto Ambiental en curso como uno de los temas de la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ).


La BBNJ se llevó a cabo en agosto de 2022 en las Naciones Unidas en Nueva York, que lamentablemente terminó sin acuerdos, dejando desprotegida la alta mar. La vida marina tendrá que esperar hasta la próxima reunión de Naciones Unidas para intentar que se apruebe el tratado de alta mar. Por su parte, la pesca en alta mar se realiza bajo el criterio y voluntad de cada capitán de pesca.


Bruno Leone, en el centro con el remo de madera, en la celebración del Día del Pescador Ecuatoriano 2021 en Guayaquil, Ecuador. Foto: Franklin Vega


Esta historia fue producida con el apoyo de Earth Journalism Network de Internews.





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